Por: Joan Esteban Fraile Pinzón – Estudiante (primer semestre)
Justicia final relata una historia que sucedió hace muchos años atrás y que hoy en día también suele suceder; culpar a una persona de homicidio cuando es inocente, acabar con sueños, ilusiones, anhelos etc., en pocas palabras terminar con la vida de una persona por no saber llevar una buena investigación.
En la actualidad vemos muchos casos parecidos a este, asesinatos de niños(as), jóvenes, hombres, mujeres, ancianos, en los que se encierran a inocentes y se deja libre a personas inescrupulosas dándoles la libertad de seguir cometiendo crímenes atroces.
Nosotros como investigadores criminales debemos llevar por buen camino nuestras investigaciones procesos y casos para que no sigan sucediendo cosas como estas en nuestra sociedad en nuestro país y en nuestro mundo.
Por pequeño y simple que parezca ser criminalista, conlleva muchos retos y responsabilidades, saber que con un cabello, un rastro de semen o un análisis de un lago hemático podemos no solo ayudar a resolver un caso si no acabar con la tristeza de una persona al saber la verdad sobre la desaparición o muerte de un ser querido, podemos ayudar a que en nuestra sociedad no hallan personas que solo piensan en cometer daños mediante las mismas acciones y que estén donde verdaderamente merecen estar, pagando por sus delitos, y no en la calle gozando de libertad y pensando en: cómo? cuándo? cuál? dónde? será su siguiente víctima.
En conclusión “criminalística y ciencias forenses” es una profesión de mucho compromiso, pero más que una carrera debe ser una pasión que nosotros al ejercerla nos llene de alegría y de satisfacción al resolver casos, así como acabar con muchas injusticias que estamos viendo día a día y que solo nosotros podemos cambiar